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A pesar de las dificultades que están pasando los miembros de la familia real Británica y la grave crisis interna que están teniendo, el Rey Carlos III quiere hacer la paz con su hijo. Después de la publicación del libro «Spare«, la relación de Carlos III con Harry y Meghan Markle se ha deteriorado fuertemente. La esposa del Príncipe Harry aún no se ha pronunciado públicamente después de las revelaciones, mientras que el duque de Sussex ha concedido varias entrevistas para promocionar su libro.
Sin embargo, el Rey Carlos III quiere que su hijo menor esté presente en su coronación oficial el próximo 6 de mayo. Pero él se reveló que el Príncipe William es el que no quiere reconciliarse con su hermano, debido a que en su libro, Harry dio opiniones muy malas y negativas sobre él y Kate Middleton. Por lo tanto, el monarca estaría tomando decisiones importantes.
Por tal motivo, Carlos III decidió hacer su último intento para arreglar la situación, así que decidió asistir a la iglesia, se reunió con el arzobispo de Canterbury, conocido de Harry y Meghan, para pedirle que hable con ellos y que reconsideren solucionar los problemas, al menos ese día, ya que el Rey Carlos intentará que sus dos hijos participen en el histórico evento de Coronación.
El Príncipe William, por otro lado, no está del todo contento con la idea de que Meghan Markle y el Príncipe Harry asistan a la ceremonia, pues siente que su hermano podría atraer la atención de los invitados y robarle el protagonismo al rey recién coronado. Sin embargo, Carlos III está completamente decidido a que sus dos hijos pasen el gran día con él.
En cuanto a la ceremonia de coronación, todo está listo y la corona será entregada oficialmente el 6 de mayo, aunque justo después del Fallecimiento de Isabel II, su sucesor tuvo que hacerse cargo del gobierno y ponerse manos a la obra. Ahora el monarca ha cumplido con sus deberes y ha tomado algunas decisiones que cambiarán en gran medida la relación entre la realeza y el pueblo.
Nada de lo ocurrido con el duque de Sussex en los últimos meses ha impedido que el resto de la familia real continúe con sus funciones oficiales. Todos ellos han vuelto a comparecer en público, con agendas muy apretadas y, aunque han sido cuestionados en más de una ocasión, no han expresado públicamente su opinión sobre las revelaciones del libro.