El Príncipe Harry y su esposa, la ex actriz Meghan Markle, se han ganado un gran rechazo por parte del público de los Estados Unidos, país en dónde actualmente residen desde el año 2022. El nivel de rechazo es tan grande, que la pareja estaría optando por irse de nuevo a Inglaterra.
Para nadie es un secreto que los Duques de Sussex son muy conscientes de que su imagen se ha visto dañada a base de las acusaciones que ambos han hecho en contra de la familia real británica, en los últimos tres años.
La pareja, no ha dado su brazo a torcer, por lo que ellos han optado por dar entrevistas en dónde han revelado númerosos detalles de lo que ocurre a puerta cerrada en la monarquía británica.
El Príncipe Harry, hijo menor del Rey Carlos III, ha sobrepasado el nivel y también ha hablado de sus experiencias en su libro de memorias 'Spare', mismo que ha roto récords de ventas en todo el mundo y en dónde detalla lo que ha vivido con su hermano mayor, el Príncipe William, y lo difícil que ha sido para su vida la muerte de su madre, la iconica Princesa Diana.
Sin embargo, el atreverse a hablar sin tapujos les está pasando factura, ya que diariamente su rechazo en los Estados Unidos aumenta. La mayoría de famosos no quieren estar relacionados con los Duques de Sussex, ya que algunos alegan que esto no sería algo conveniente basándose en los problemas que tienen con el Palacio de Buckingham.
Según una encuesta que fue hecha el 5 de diciembre del pasado año 2022 por la compañía Redfield & Wilton, el Príncipe Harry tenía un índice positivo de audiencia de +38 y Meghan tenía una cifra de +23, esto antes de que la autobiografia escrita por Harry fuera puesta a la venta en todo el mundo.
Y ahora, dos meses después de realizada dicha encuesta, los números cayeron a un nivel preocupante. Harry contabilizó -7 y Meghan, -13, algo que varios medios han tratado de explicar.
Según informan, el público estaría cansado del círculo mediático que Harry y Meghan habrían hecho para atacar a la realeza británica. Gran parte del público estadounidense ya no toma en cuenta las facetas de la monarquía como un método de interés común o político. Por lo que apoyar a unos miembros exiliados de la familia real, no es algo que sea indispensable para ellos.